El hombre de la cámara (1929)

Por Lucía Castro

El hombre con la cámara es una película de culto de 1929, dirigida por Dziga Vertov. Como dice el mismo Vertov en el film, se trata de un “trabajo experimental [que] pretende crear un lenguaje verdaderamente universal e internacional del cine, alejándose por completo del lenguaje del teatro y la literatura”. Y, en realidad, es así.

El film describe el transcurso de un día en una ciudad rusa, comenzando con las actividades en el espacio público, paralelas al sector privado. Es por ello que la narrativa se consideraría lineal, pero lo más interesante para lograr esta historia es la forma del montaje ya que, a partir de éste, el director crea historias con los fotogramas.

La película trata de retratar la vida del hombre moderno a través del lente

A lo largo del film podemos encontrar muchas secuencias donde el ritmo varía según lo que se quiere mostrar. Hay escenas que tienen un ritmo más lento y que representan soledad. Hay otras escenas que tienen un ritmo rápido ya que el tiempo de la propia escena es más rápido que el real. También se utiliza montajes de fotogramas con efectos que tienen la intención de crear dualidad. Esto se logra mediante la superposición de fotogramas. La intención de Vertov es distinta en cada historia. Por ello, explora distintos ritmos y formas de superponer los fotogramas.

En cuanto al color, aunque es en blanco y negro, tenemos una gran variación de escenas. Para ello, el autor se ha valido de la luz ya que, por momentos, tenemos escenas muy simétricas que juegan con las sombras de los objetos. En otros momentos hay escenas de sombras donde hay pequeñas luces que reflejan formas. Además, hay un juego interesante con la luz natural para las escenas donde aparecen las multitudes.

Finalmente, algo que también me parece muy interesante es la forma en la que termina el arco del personaje del “hombre”, ya que, como el hombre con la cámara, explora una ciudad con una infinidad de personas y momentos que él captura. Su trabajo culmina cuando es visto y valorado por los espectadores. Eso termina por relacionar toda la narrativa y el espacio que crea Vertov en su film.